(Guayaquil, agosto 14).- Con gran emoción celebramos este día, en el que el Gobierno Ecuatoriano, a través del COE Nacional, autorizó el retorno a la actividad de la Liga Pro 2020, torneo que había quedado suspendido el 14 de marzo, luego del encuentro entre Mushuc Runa y Macará (con triunfo local 2-0).
Si hablamos de números redondos, diríamos que el fútbol de detuvo el 14 de marzo y volvió el 14 de agosto, cinco meses después (150 días), sin embargo si «nos podemos finos» el fútbol en Ecuador estuvo paralizado 153 días y fueron los siguientes: 17 días de marzo, 30 de abril, 31 de mayo, 30 de junio, 31 de julio y 14 de agosto, para un gran total de 153 días.
Ecuador entero y sobre todo Guayaquil, vivieron entre marzo, abril y mayo, duros momentos por la pandemia del Covid-19, con un gran número de contagiados y fallecidos. Luego de «aplanar la curva» y controlar la situación en varias provincias y cantones del país, los directivos de la Liga Profesional del Fútbol Ecuatoriano, presentaron el Protocolo de Reactivación de Entrenamientos y de Competiciones.
Una tarea que contó con la colaboración de los directivos de todos los clubes profesionales del país, todos unidos por una misma causa, por un mismo objetivo: Reactivar el fútbol. Y con ello tratar de volver a darle movimiento a las economías de todos los involucrados en esta industria: clubes, dirigentes, cuerpos técnicos, jugadores, auspiciantes, medios de comunicación, entre otros.
Los futbolistas empezaron a trabajar en casa, para no perder la condición física, mientras los dirigentes mantenían varias reuniones entre ellos y luego con el COE Nacional, para presentar el Protocolo de Reactivación de Entrenamientos, logrando que el 10 de junio vuelvan a las canchas para trabajar en el pasto. Prácticas en grupos no mayores a 15 personas y sólo con trabajo físico.
La tarea no fue fácil, una reunión tras otra, vía «telemática», tuvimos que adaptarnos a nuevas vías de comunicación, utilizando plataformas digitales como Skype, Zoom, Webex Meet, entre otras, es la «nueva realidad», hay que utilizar la tecnología y acostumbrarnos con la intención de evitar mayores riesgos de contagios.
Pasaban los días y la situación en el país fue mejorando, de semáforo rojo pasamos al amarillo y con ello llegaba el permiso de entrenamientos grupales, incluso de las prácticas de fútbol en el mismo equipo. Pensar en la reactivación del torneo ya no era algo utópico, se convertía en una fuerte posibilidad, incluso planteando fecha tentativa de 17 de julio.
Los estudios de las mesas técnicas del COE Nacional y la situación complicada de Quito, determinaron que se prolongue más el reinicio del torneo. A pesar de que el fútbol cumplía al pie de la letra con su Protocolo de Bio seguridad establecido, se dilató la fecha, colocando como nueva tentativa el 15 de agosto, pero el martes 11 se confirmó la fecha de reinicio para el 14 de agosto.
Aplaudimos la labor de LigaPro, de su Presidente el Ab. Miguel Ángel Loor, de todo su equipo de trabajo, de quienes han estado al frente de esta situación, que de manera organizada lograron reactivar la industria del fútbol y que contemplaron los Planes A, B, C y D, siempre con una respuesta inmediata, en caso de ser necesario.
No dejaron cabos sueltos, incluso el calendario de juegos fue modificado, reactivando el torneo con la quinta fecha (de la cual se habían jugado dos de ocho partidos), los otros 12 clubes que no actuaron en esa jornada, lo harán entre hoy, sábado y domingo, para equiparar la cantidad de partidos jugados, con enfrentamientos iniciales entre clubes de una misma Asociación Provincial y de ciudades cercanas.
La intención en las primeras fechas es evitar grandes desplazamientos, que los clubes capitalinos jueguen entre sí o que viajen máximo hasta Ambato o Riobamba. Dándole tiempo para que la «inmunidad de rebaño» haga lo suyo y se aplane más la curva de la pandemia. La primera parte de la reactivación será intensa, los clubes jugarán 3 partidos en 9 días, ahora empieza lo bueno.
La fiesta del fútbol vuelve hoy y se necesita del compromiso de todos, no sólo de los antes mencionados (dirigentes, jugadores, cuerpos técnicos, prensa), sino del quinto elemento, que es tan importante como los otros cuatro: la afición. De su comportamiento depende que el fútbol se mantenga en actividad o que vuelva a paralizarse. El público no puede ir al estadio, debe verlo desde casa.
Los aficionados juegan ahora el papel más importante y de su comportamiento depende todo. No vayan al estadio, no vayan a los lugares de concentración, no salgan a las calles a ver fútbol, no hagan reuniones (que están prohibidas), quédense en casa, vivan el fútbol desde casa. La pelota está ahora en el campo de la afición, y que ruede o se detenga depende ellos.