(Guayaquil, marzo 9).- Javier Burrai, mientras disputaba el partido de vuelta contra Cerro Porteño en Asunción de Paraguay, por tercera fase de Copa Liberadores, al minuto siete recibió una terrible entrada por parte del delantero Jorge Benitez que lo dejó sangrando en el piso, como resultado: una fractura de Le fort I y Le Fort II de acuerdo a lo expuesto por el Dr. Andrés Arce en rueda de prensa.
Inicialmente al producirse el traumatismo directo ocurre el sangrado nasal, la oportuna intervención manual en el campo deportivo ayuda a la reducción de la fractura y control del sangrado, pero en el caso de Burrai produjo signos de compromiso craneal específicamente en en el macizo facial, pues se lo observó tendido en la cancha sin reacción, al tratar de incorporarse, lo hizo con dificultad.

Antes de dar a conocer las estructuras que compromete la lesión, es importante saber de dónde nace el término Le fort y sus tres diferentes tipos, René Le fort fue un importante cirujano fránces que a través de artículos creó la clasificación de las fracturas en la cara que comprendieran un grado significativo en contusiones y cortes.
Su intención fue ordenar esta área compleja para así facilitar al cirujano el diagnóstico, realizando experimentos llegó a ubicar los puntos débiles, líneas de menor resistencia y saber reconocer la ubicación del dolor a través de los tipos de Le fort que son tres:
Fractura de Le fort I: Afecta al hueso maxilar superior, los ápices dentarios y llega hasta la apófisis pterigoides.
Fractura de Le fort II: Afecta a la piramide nasal, hueso lacrimal nivel infraorbitario y la pared del maxilar.
Fractura de Le fort III: Afecta a la raíz nasal, hueso lacrimal, apófisis frontal del hueso malar, pared lateral y posterior del maxilar.

Los primeros síntomas de la fractura serán principalmente la dificultad de respiración por la obstrucción, inflamación en el labio superior, debilidad para realizar movimiento en los dientes y luego de estabilizar al paciente es normal que se torne de color morado la zona que rodea los ojos al ser una membrana mucosa.
Las causas más comunes relacionadas con esta lesión van de la mano con aquellos que practican deportes, principalmente en el fútbol y aquellos que práctican el boxeo, por el alto riesgo de agresividad al que están sometidos.
El tratamiento en el caso de Burrai se le realizó una intervención quirúrgica que consiste en reducción abierta y fijación interna con tornillos de titanio para así fijar cada estructura ósea desplazada, la recuperación total de esta cirugía es aproximadamente de seis semanas. Posterior a la cirugía, para evitar infecciones, se receta antibióticos y analgésicos.
