POR RAÚL CRUZ MOLINA
(Quito, enero 25).- La pandemia y el efecto económico letal, que rodea al mundo y obviamente, al fútbol nacional por el Coronavirus, parece registrar en nuestro país, a clubes inmunes a sus devastadores efectos. Los dirigentes proclaman públicamente la decisión de reducir sus presupuestos para 2021, pero la lectura de la realidad tiene otros ribetes.
Barcelona, el club que registra el más alto déficit, que alcanza los 50 millones de dólares se ha convertido en el abanderado de las ‘contrataciones múltiples’. Al menos, una decena de jugadores nuevos, vestirán la ‘blusa amarilla’ en la temporada que se avecina.
El síntoma es global, salvo determinados clubes, no más de tres, que rozan las ‘barreras de la mendicidad’. Los demás han desatado una ‘pandemia de contrataciones’, necesarias se entiende desde lo futbolístico, pero que al final de temporada, causará serios estragos en sus áreas financieras.
LigaPro, que en líneas generales ha realizado una tarea apreciable, magnificada por entidades internacionales que lo colocan en el top de las 10 ligas más eficaces e importantes del mundo, no ha logrado implantar el ‘Fair Play financiero’, uno de los objetivos prioritarios de su creación. “No todo es miel sobre hojuelas”, como pretende vender Miguel Ángel Loor. Valoramos el esfuerzo del presidente, sobre todo en el prolijo operativo del control sanitario para desenvolver el torneo sin mayores novedades.
Después, ‘las taras’ siguen siendo las mismas. Clubes desbaratados, que viven todas las semanas con la amenaza de suspensión por deudas; jugadores que hacen vigilia en la puerta de entrada de la casa de la presidenta, como sucedió con la titular del Olmedo de Riobamba, que pareció salir en dron para no ser vista por el acreedor; roles firmados, sin que se hayan cumplidos los pagos, como el caso de El Nacional a finales de temporada, etc. El caos financiero, salvo casos excepcionales, es evidente.
Según puntualizó José Delgado, presidente del Delfín, campeón del 2019, todavía no recibe el premio de 100 mil dólares por la obtención de la corona. Para Ripley. No refleja una tarea sobresaliente. Y no lo decimos con ‘mala leche’. Ya estamos grandes para vivir de espejismos. ‘Se ahogan en un vaso de agua’. Todos sabemos que este fútbol sigue en pañales. Que no vayan a creer, que es verdad, que somos una ‘Liga Modelo’.
La famosa Supercopa tomó a contramano a la FEF, pese a que tuvieron al menos seis meses para darle otro rumbo y encontrar otro esquema. No se han puesto de acuerdo, si es un torneo oficial. Francisco Egas aprueba su validez. Carlos Manzur, el ‘cachorro más voraz’, que en pocos días será nominado como Vicepresidente de la entidad, señala que es amistoso. Si Jaime Estrada, le resultó fastidioso a ‘Panchito’, el abogado, a este paso infernal, terminará ‘comiéndole el mandado’. Es preferible un ‘tigre’ impulsivo y frontal, que una ‘palomita’, con ‘aires de halcón’, me comentaron varios dirigentes que conocen los subsuelos del fútbol. No es un acertijo. El tiempo dirá.
GOLTV tiene a los clubes en ascuas. Les debe una importante cantidad del 2020 y el anticipo del 30 por ciento por el arranque de cada temporada, que está acordado en el contrato. Santiago Morales, gerente general de IDV, un dirigente probo y de palabra creíble, dijo en los micrófonos de ‘Mach Deportes’, en diálogo con Roberto Omar Machado, que “hay detalles del contrato con GOLTV, que siguen siendo un secreto”.
Y prendió las alarmas, señalando que “sigue guardado bajo mil llaves”. Pregunto: ¿Michel Deller, dueño de Independiente del Valle, que pertenece a la ‘mesa VIP de la FEF’, tampoco sabe todos los detalles del contenido del contrato? No lo entiendo. Los dirigentes tampoco lo entienden, pero no se atreven a protestar. Hay muchos que quedaron en shock, mirando la guillotina que está instalada para proteger a los ‘popes’ del ente rector, que ya cobró sus primeras víctimas.
Hay muchos temas preocupantes en el balompié nacional. Uno, que será determinante con el tiempo y que terminará postrando la aparición de nuevas figuras en nuestro balompié. Me refiero a la masiva incorporación de jugadores naturalizados en las diferentes plantillas. La fiebre es imparable. Lo contemplan todos los clubes, sin ruborizarse. Los dirigentes, ponen ahora como condición ‘sine equa non’, a varios jugadores, que jugaron como foráneos en 2019, que serán contratados este año, solamente si alcanzan la naturalización.
Con el número ampliado para los extranjeros desde el 2019, más la imparable ‘vertiente de naturalizados’, es evidente que los jugadores nacidos en esta tierra, quedarán virtualmente borrados del mapa. El efecto, que tiene como justificación, el alto costo que demanda contratarlos, que están sobrevalorados, en acción que es y fue responsabilidad de los dirigentes, se verá con el pasar del tiempo. Lo sentirá la Selección Nacional, a no ser que la ‘engorden con los naturalizados’, que gozan de todos los derechos. Obviamente, será un enorme despropósito.
Tampoco entiendo, como desde los entes gubernamentales, encargados de tramitar los procesos de naturalización, ‘regalan a destajo’ la nacionalidad. Existe una serie de requisitos, que no se cumplen. Más bien, es el grado de amistad con las autoridades del Gobierno, el que determina que salgan en ‘tiempo récord’. Una suerte de ‘nacionalizaciones exprés’ que reflejan un alto grado de irresponsabilidad. Una mancha más, a un Gobierno que ampara la ilegalidad en sus decisiones. Su tarea es impresentable. Es un período para el olvido. Traumático hasta el tuétano.
Imagino que Barcelona busca el Bicampeonato y una actuación destacada en la Copa Libertadores. ¿O Alfaro Moreno y ‘sus boys’ están pensando seriamente en la obtención de la corona continental, que ya se escapó en dos oportunidades? Creo que tienen derecho a pensar en lo segundo. Sólo que ‘El Beto’ deberá reflexionar con absoluta seriedad, si cuenta con el apoyo financiero para soportar la nómina y de ninguna manera, inflar el déficit que dejaron anteriores administraciones.
Barcelona no está en capacidad de soportar otro embate a sus finanzas. Como aquellos que le propinaron los Hermanos Noboa y el publicista Eduardo Maruri, que resultaron ser ‘Reyes Midas de cartón’. Todo lo que tocaron convirtieron en déficit. Y también se suma a esta lista, José Francisco Cevallos que arrancó con mesura y terminó empañando y desgastando lo que hizo dentro de la cancha, como histórico arquero.
No hay que olvidar que está por cumplirse el plazo conferido por la FIFA para cubrir los pagos atrasados al argentino Ariel Nahuelpán, que se convirtió en ‘millonario’ en su paso por estas tierras. Primero, con la locura de la dirigencia de Liga de Quito, que puso un tráiler de dólares para traer un goleador que nunca apareció y, después la desmesura de los ‘dirigentes amarillos’, que cayeron en la trampa, invirtiendo en un delantero potente como un ‘tanque de guerra’, pero poco efectivo. En ambas tiendas se comieron el garrón. Y así les fue.
El armado de los equipos nos va dejando perlitas. Primero, el ‘carrusel de cambios de camiseta’. Los que ya no son útiles para unos clubes, desembarcan en otros de menor importancia, que los consideran aún con potencial. Llegan por ‘baratitos’. Y este año, como nunca antes sucedió, ha tomado cuerpo la ‘ola de naturalizaciones’ que la pálida, tibia y complaciente Agremiación de Futbolistas debe frenar.
En dos años, los jugadores ecuatorianos no tendrán trabajo. Los clubes estarán repletos de extranjeros y nacionalizados. Así están enterrando en vida al balompié nacional. Muchos tendrán que aceptar que ‘silbando bajito’ están convirtiéndose en ‘sepultureros’. Nos queda claro, ¿quiénes son los personajes que están cavando el hoyo? Serán los responsables de fulminar el limitado progreso del fútbol ecuatoriano.
Así está nuestro fútbol. Lleno de secretos, indolencia y silencios. Dicen que los misterios siempre huelen mal. Es hora de actuar con las cartas sobre la mesa. A sacarnos las caretas.