LEYDA MACÍAS: «EL BALONCESTO LO LLEVO EN LAS VENAS»

LEYDA MACÍAS: «EL BALONCESTO LO LLEVO EN LAS VENAS»

Por: Juan José Cañarte

(Guayaquil, enero 15).- Leyda Macias (36 años), jugadora profesional de básquet, es una de las deportistas más importantes de la Liga Nacional de Baloncesto Femenino. La armadora manabita tiene un recorrido internacional que le ha permitido establecerse como una referente del baloncesto femenino ecuatoriano.

Galicia (Argentina), ASD Basilia Basket Potenza (Italia) y Jaraguá do Soul (Brasil), son algunos de los equipos donde Leyda ha representado el país. Ahora, tras la pandemia, la jugadora se encuentra disputando semifinales de la Liga Nacional con su equipo, Audaz Octubrino. Su objetivo principal es consagrarse campeona, volver a Europa y mantenerse en constante relación con el baloncesto ecuatoriano.

Macias compartió con Revista Winner algunas de sus experiencias, objetivos y expectativas del futuro.

Ha tenido una larga y admirable trayectoria en el baloncesto profesional alrededor del mundo, ¿cómo nació toda esta aventura? ¿Cómo fue su debut como jugadora profesional y qué experiencias rescata de ese momento?

Desde los 12 años soñé con ser jugadora profesional, empecé a trabajar para eso y salí de Manta. Siempre fue un deseo representar a Ecuador en otros lugares alrededor del mundo, me visualicé haciéndolo y se fueron dando las oportunidades. Tengo una trayectoria bastante grande, eso no quiere decir que las aspiraciones terminan ahí, simplemente es una pauta para ver realmente que sigue en tu vida profesional. Yo no descanso, mis sueños siguen intactos como desde el primer momento que empecé a jugar este deporte.

¿En qué países y clubes has jugado?

Jugué por la selección de Manta y de Ecuador. El primer país donde salí a reforzar un equipo fue Argentina, pasé 5 años allá en los equipos Galicia y Club Deportivo Libertad. Pasé por la liga brasileña en el equipo Jaraguá do Soul, por México en los clubes Barreteras y Mustangs de Saltillo. Cumplí uno de mis sueños cuando logré debutar en el baloncesto profesional de Italia, también tuve un paso por la liga boliviana. En Ecuador jugué para Leonas de Riobamba, actualmente somos las campeonas. Ahora me encuentro en Audaz Octubrino, un gran equipo de la ciudad de Machala.

Llegó a principios del 2020 a Mustangs en México, ¿cómo fue su experiencia en los entrenamientos y actividades durante la cuarentena, teniendo en cuenta la cancelación temprana de la temporada?

Tuve previamente una temporada en Zacatecas, mi trabajo constante en el equipo se vió reflejado dentro de las canchas. Ese fue un factor fundamental para que el equipo de Mustangs de Saltillo me eligiera como refuerzo para la temporada del 2020. Llegué al equipo y el virus interrumpió todo, me desesperé un poco por la lejanía de mi país, mi familia estaba en Ecuador. Fue complicado, pero al mismo tiempo lindo, el equipo se portó a la altura y apoyó hasta el último a las jugadoras extranjeras.

Nos dieron todo a nuestro alcance, alimentación, entrenamientos y equipos para mantener nuestro físico. También mi auspiciante principal, Cejas Perfectas, me ha ayudado con todos los suplementos y aspectos deportivos. El receso fue fuerte, apenas tuve la oportunidad regresé a Ecuador. Me quedé con la espina de la temporada 2020, teníamos un lindo equipo y posibilidades de conseguir grandes cosas. Tengo un contrato todavía con Mustangs, espero regresar según el avance de la situación actual.

Decidió regresar a Ecuador, cuéntenos un poco del equipo en que se encuentra actualmente.

 No iba a jugar la Liga Nacional, necesitaba tomarme un descanso, venía de un tiempo complejo. Principalmente tomé esa decisión, el virus me asustaba mucho, sobre todo exponer a mi familia. Jamás descanso, así me digas que el campeonato comienza en 3 meses, desde hoy me estaré preparando como si fuera mañana. Sin embargo, llegó un momento donde todos los equipos ya se estaban agrupando, la liga estaba tomando forma nuevamente y decidí entrar.

Me llamaron mis amigas de Audaz Octubrino, Maryuri Caicedo, Liliana Angulo y Jéssica Preciado, con ellas he jugado muchos años. Conocen mi estilo de juego y por eso me contactaron para el equipo. Ahora estamos peleando una semifinal, ya ganamos la primera y se nos puede complicar si no ganamos los siguientes partidos. Esperamos llegar a la final, para eso hemos venido trabajando muy fuerte toda la pandemia. Quiero que sea una linda final, que nos olvidemos por un rato todo lo que estamos viviendo, viendo un buen básquet así sea por la pantalla.

¿Qué peso tiene, dentro de esta Liga, la experiencia internacional? ¿Influye realmente dentro del juego?

Definitivamente, te cuento que cualquier jugadora que haya tenido algún roce internacional tendrá una ventaja importante. Lo más hermoso de la Liga Nacional es la juventud que tiene dentro de sus equipos. Hay jugadoras que no conocía y tienen todas las condiciones necesarias para poder jugar en el exterior. Con mi experiencia es importante aportar a estas nuevas jugadoras, esa mezcla de juventud con experiencia es muy bonita en el deporte. Lo que más me llevo de la experiencia internacional es saber que soy una líder para muchos jóvenes.

 ¿Qué aspiraciones tiene en el futuro? ¿Piensa regresar al básquetbol internacional?

Todavía tengo muchos sueños que cumplir, quiero regresar a Europa y después venir a ver qué podemos hacer por el básquet ecuatoriano. No voy a dejar nunca de soñar, la mente está más allá de todas las cosas que se dicen. En un futuro pienso poner mi escuela, que los niños aprendan y cumplan sus sueños sin importar su estatura y edad. Estos son sólo números, yo tengo una estatura baja y he jugado con gigantes alrededor del mundo, de eso se trata el deporte y no hay barreras que lo impidan.

¿Qué piensa del baloncesto femenino nacional?, ¿cree que hay suficiente apoyo?

 Ellos saben lo que tienen que hacer, lo que tienen que trabajar y cambiar. Yo creo que estamos muy lejos para ser una liga competitiva y poder representar al país a nivel de clubes. Cuando sales, te encuentras con jugadoras de una talla muy superior y nos sorprende mucho su nivel de competencia. No pierdo la fe, ni la esperanza, creo que cada uno, poniendo un granito de arena, puede ayudar.

Hay chicas que a los 18 años ya no tienen donde jugar por la falta de competencias y categorías. Tenemos que pulir este tesoro nacional y para empezar debemos ser conscientes de que necesitamos campeonatos de buen nivel todo el año. Hay que seguir los pasos de las jugadoras que han logrado tener gran trayectoria y fomentar el baloncesto femenino. No pensar que porque ya tienen 18 se tienen que dedicar a otra cosa y abandonar el baloncesto, no dejemos morir la Liga Femenina.

¿Se considera una referente histórica del baloncesto femenino ecuatoriano?

 Sí me considero una referente, soy una de las pocas jugadoras que ha salido y se ha mantenido constante a nivel internacional. Salí de aquí a reforzar equipos, salí con un contrato y en ese momento supe que representaría a un país entero. Busco dejar el nombre de mi país en alto y que sepan que en Ecuador hay muy buenas jugadoras. No ha sido fácil lo que he ganado y he tenido que luchar para conseguirlo. Cuando tenga 50 o 60 años seguiré apoyando en lo que necesiten, jamás estaré desvinculada del básquet.